Algunos países de América Latina pueden perder el tren de la transición energética por políticas obsoletas, ideas de nacionalismo de los recursos y la necesidad impostergable de importar combustible barato.
Y ese es el panorama en la región, mientras que las naciones desarrolladas y los accionistas de las grandes petroleras presionan por una transición más rápida hacia la energía limpia.
Expertos en el tema hablaron sobre estas limitaciones en la región durante la conferencia virtual CERAWeek, organizada por IHS Markit. Y citaron a México y Venezuela como esos países en los que las ideas nacionalistas de los recursos cierran la puerta al cambio.
En cambio, Europa, Asia y muy recientemente Estados Unidos están tomando la iniciativa a través de medidas de neutralización de carbono.
En 2018, las naciones latinoamericanas en conjunto emitieron tanto dióxido de carbono como Rusia, el cuarto mayor emisor de CO2 del mundo, según datos de la Agencia Internacional de Energía.
La región ha aumentado constantemente las importaciones de combustibles para motores, gas natural, fuel oil y diésel para la generación de energía. Esta tendencia solo se ha interrumpido por la pandemia de coronavirus que minó la demanda de combustible en todo el mundo.