El sector de los autobuses sigue manifestando síntomas de crisis, una vez recopilados los datos del 2018 que indican que la larga distancia registró una pérdida de viajeros a pesar incluso de la mejoría de la economía española.
Y es que comentábamos ayer que tanto los vuelos internos como el AVE estaban mostrando cifras de crecimiento realmente interesantes, sobre todo los primeros, algo que evidentemente no está ocurriendo con los autobuses como nos gustaría.
De acuerdo a los datos enseñados por la gente del Instituto Nacional de Estadística –INE-, al mismo tiempo que los movimientos en autobús de larga distancia cayeron un 4%, tanto el AVE como los ferrocarriles han mostrado crecimientos cercanos al 4%.
Rafael Barbadillo, Presidente de Confebús, ha señalado acerca de esta situación que “en los últimos años hemos sufrido una política comercial de Renfe muy agresiva impulsada por el propio Gobierno. El tren ha bajado precios y se ha metido en nuestro nicho de mercado haciendo muy difícil la competencia”.
Incluso, si nos retrotraemos un poco, podemos ver que desde el 2009 a la fecha, en una década, el autobús de larga distancia ha perdido algo más de 350.000 viajeros, al tiempo que el ferrocarril de larga distancia, por ejemplo, ha ganado cerca de 700.000 usuarios.
“La crisis al autobús llegó más tarde porque somos tradicionalmente el medio de transporte más barato. Y ahora es verdad que estamos siendo los más que tardamos en salir”, agregó posteriormente el mismo Barbadillo.
En cuanto a las medidas que se tomarán para revertir esta situación, algunas de las mencionadas tienen que ver en la renovación tecnológica de las flotas, como así también en el interés por llegar a los más jóvenes y competir así con nuevas alternativas de desplazamientos como BlaBlaCar.
