Semana tras semana analizamos aquí mismo algunos de los nuevos modelos de patinetes eléctricos que van apareciendo en el mercado, repitiendo que se trata de uno de los medios de transporte de movilidad personal y sustentable más interesantes que existen para cuidar el medio ambiente.
Y si bien no podríamos decir de ninguna forma que esa afirmación es errónea, sí debemos considerar a partir de nuevos estudios que los patinetes eléctricos, al menos en el caso de los compartidos o de alquiler, no resultan una solución tan efectiva contra la emisión de CO2 como hubiéramos pensado.
Científicos de la Universidad de Carolina del Norte han realizado una serie de estudios, analizando las emisiones que conllevan los patinetes eléctricos compartidos desde el momento en el que se fabrican hasta su uso en las grandes ciudades, y se han llevado varias sorpresas al respecto.
Sin ir más lejos, se encontraron con que todo el proceso de fabricación, recogida por las noches y almacenamiento de los patinetes eléctricos, junto con su utilización a diario, supone un impacto medioambiental medio de 202 gramos de CO2 por pasajero y milla.
Para que nos demos una idea de la cierta sobrevaloración que hay acerca de los patinetes eléctricos de alquiler y su impacto en el medio ambiente, podemos considerar por ejemplo que un autobús diésel de transporte público emite unos 82 gramos de CO2, también por pasajero y por milla. Menos de la mitad.
Sin embargo y en pos de ser más optimistas, hay que destacar que cerca de la mitad de este CO2 liberado a la atmósfera tiene que ver con los materiales y el proceso de fabricación de los patinetes eléctricos, mientras que otro buen porcentaje está relacionado con sus traslados y resguardos por las noches.
Es decir que los patinetes eléctricos son una buena idea, pero que hasta el momento y bajo la oferta actual, son tan nocivos para el planeta como otros medios.