A pesar de la amenaza de sanciones por la polémica Ley de Morosidad del Transporte, esta problemática continúa descontrolada, al menos hasta septiembre, según ha comunicado la gente de Fenadismer en las últimas horas, insistiendo en que esta normativa no asegura que se cumplan los plazos legales para pagar al transportista.
En efecto, la morosidad en el transporte en septiembre se mantiene en 81 días de media, una cifra similar a la de los dos meses anteriores, y si bien representa el plazo medio más corto en lo que llevamos de año, eso se debe más a una cierta regularización del sector tras la pandemia, que al trabajo y el control de las autoridades en tal sentido.
Es decir que, aunque frente a los 87 días de plazo medio de pago de febrero o junio, estos 81 días parecen una buena noticia, lo cierto es que volvemos a estancarnos en las mismas cifras que teníamos previas al coronavirus, incumpliendo así las reglas que fijan, en 30 días máximos, el margen para pagar a los conductores profesionales.
Este lapso, que puede aumentar hasta los 60 días siempre que haya acuerdo entre las partes, sigue siendo muy menor al que se observa a partir de los relevamientos, que al desglosar en detalles exhiben que un cuarto de las deudas se saldan después de los 120 días, inadmisible para la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte.
En su comunicado de prensa al respecto, Fenadismer agrega que 2 de cada 3 clientes pagan a los transportistas por encima de los 60 días, por lo que dos tercios incumplen las normativas vigentes, y se estarían exponiendo a ser víctimas de sanciones económicas, que definirán su valor en virtud de las sumas y el tiempo de la deuda.
Recordemos que, en su momento, desde la patronal argumentaban que la nueva ley no era lo suficientemente dura, y carecía del “carácter disuasorio necesario” para este tipo de situaciones, sobre todo teniendo en cuenta lo bajas que eran las multas aplicables a quienes mantenían deudas de menos de 3.000 euros para con los conductores.