La multinacional del automóvil General Motors (GM) recortará unos 2.000 empleos en Estados Unidos debido a las pocas ventas. De hecho, los despidos se realizarán en las plantas de Míchigan y Ohio (ambas en Estados Unidos) a partir de enero de 2017.
El anuncio se ha hecho justo después de la llegada de Donald Trump como presidente del país, por lo cual ha hecho saltar las alarmas en la industria automovilística americana y mundial ante la posibilidad de que Estados Unidos establezca aranceles con México.
En realidad, Trump ya cuestionó la medida de Ford de llevarse sus modelos pequeños a México con una inversión de 1.600 millones de dólares (1.483 millones de euros). Hasta llegó a amenazar con imponer un arancel del 35% a los automóviles hechos en el país centroamericano.
La automotriz ha señalado que “los despidos se realizarán cuando reduzca, a mediados de enero, el tercer turno en las plantas de Lordstown (Ohio) y Lansing (Míchigan), donde se fabrican modelos como el Camaro o el Chevrolet Cruze.
Por otro lado, General Motors también despedirá a cientos de trabajadores de sus plantas productivas de Brasil para hacer frente a la grave crisis de producción y ventas que está afectando a las automotrices en el país.
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