Un reciente estudio de Transport & Environment advierte sobre cómo el aumento de la actividad en el transporte anularía los objetivos medioambientales planteados para 2036, lo que debería obligar a España replantearse sus compromisos en tal sentido teniendo en cuenta la mayor cantidad de camiones de combustión circulantes hoy.
Como sabemos, una de las consecuencias directas de la pandemia por coronavirus ha sido la mayor demanda para con el transporte de mercancías por carretera, y siendo España uno de los países más dependientes de éste, está claro que el incremento de los viajes podría perjudicar el ahorro de emisiones de CO2 logrado hasta entonces.
Desde Transport & Environment argumentan que si se cumplen los pronósticos que indican que la actividad de los camiones en España crezca un 40% entre 2020 y 2050, y la de los autobuses un 200% en el mismo período, habrá que reconsiderar los plazos de electrificación de flotas y prohibir las opciones a combustión antes de lo pensado.
Delaying the end-date for polluting trucks will blow 4% of the EU’s total remaining carbon budget!
A 2040 deadline would result in extra truck pollution equivalent to the annual road transport emissions of 🇩🇪🇫🇷🇬🇧🇮🇹🇪🇸🇵🇱 combined.https://t.co/jXikX9KLRX pic.twitter.com/wjTTGRHYjf
— Transport & Environment (@transenv) September 19, 2022
Carlos Bravo, responsable de transporte de mercancías por carretera de T&E en España, comentó al respecto que “el transporte constituye el mayor problema climático de Europa y España, y los camiones tienen al respecto una responsabilidad muy importante”, por lo que insta a que la UE “modifique la normativa actual en coherencia”.
Esta organización ecologista sostiene que Europa debería poner fin a las ventas de nuevos camiones con motores de combustión en 2030, aunque también matizan que eso podría hacer peligrar la actividad y por eso señalan a 2035 como el año límite para que no se comercialicen nuevas unidades de éstas a excepción de pocos diésel.