Si los países de todo el mundo están interesados en producir cada vez más coches eléctricos, eso se debe a que estos modelos contaminan en mucho menor medida que los tradicionales de combustión. Ahora bien, ¿cuál es la relación exacta que existe entre unos y otros?
Pues bien, si nos remitimos a lo informado por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, todo vehículo eléctrico emite, en promedio, unas tres veces menos CO2 del que lanza a la atmósfera uno de combustión, como los diésel o de gasolina que hemos usado toda la vida.
Es importante señalar que, para la elaboración de este informe, se han considerado no sólo las emisiones que se producen mientras los automóviles se encuentran en movimiento, sino también el que requieren para su fabricación en las factorías correspondientes.
En ocasiones, suele creerse que los eléctricos no tienen ningún consumo, algo que queda demostrado que no es así. Por otra parte, también se desmienten las afirmaciones de quienes están en contra de estas nuevas tendencias, y aseguran contaminan tanto como los coches de combustión. Tampoco es así.
Por supuesto, luego hay situaciones que se acercan más al ideal buscado, como por ejemplo si pensamos en un vehículo eléctrico producido en Suecia y utilizado en este mismo país, que consigue ahorrar hasta un 80% de las emisiones habituales.
“Los coches eléctricos superan a los motores de diésel y de gasolina en todos los escenarios, incluso en países con redes eléctricas de alto consumo de carbón como Polonia, donde emiten aproximadamente un 30% menos que los de motores convencionales”, explica el documento, ilustrando un caso inverso.