Si los pagos biométricos son el futuro del transporte público, los pagos móviles son un presente cada vez más concreto, como demuestra el último informe de Telecoming, que aborda los hábitos de consumo de los pasajeros españoles tanto de autobús como de metro.
Los expertos de esta consultora han realizado un análisis acerca de la forma en la que estas personas adquieren sus billetes para el transporte público, llegando a la conclusión de que esta metodología de pagos, la que se realiza a través del móvil, ha tenido un gran crecimiento durante 2019.
La tendencia al alza, que se espera continúe en los próximos años, indica que durante el año recién finalizado, las compras de boletos de tren y autobús realizadas con el móvil alcanzaron los 270 millones de euros, con previsiones para este 2020 de 317 millones de euros.
Según los especialistas, esta corriente se mantendrá con un crecimiento interanual relativamente estable, en torno al 20%, al menos durante el siguiente lustro, al punto de que, para 2024, se trata de un mecanismo que moverá cerca de 615 millones de euros.
Mientras tanto, si únicamente nos detenemos en la cantidad de usuarios que utilizan sus teléfonos inteligentes para los pagos, llegamos a la conclusión de que se trata de unos cuatro millones, aunque este número debería crecer en un ritmo proporcional al del monto generado.
Lo interesante del caso es que, ahora mismo, dos tercios de las personas que pagan con el smartphone lo hacen a través de aplicaciones, mientras que sólo el tercio restante se sirve de la tecnología NFC. Se espera que, para 2024, esta situación se revierta, imponiéndose el segundo grupo sobre el primero.