Tras operar en aeropuertos pequeños de Dinamarca, Ryanair abre base en Copenhague como parte de su estrategia de crecimiento.
En Copenhague, Ryanair pondrá dos aviones desde este mismo invierno, que operarán 24 rutas, parte atendidas desde los destinos. Añade así vuelos a Dusseldorf (no a su aeropuerto principal, sino muy al norte de la ciudad), Faro, París (Beauvais) o Varsovia (tampoco en Chopin, su primer aeropuerto, sino en Modlin, bastante al norte).
Ryanair había iniciado sus vuelos a la capital danesa hace tiempo, pero nunca había tenido base allí. Este anuncio es otro problema para SAS, la aerolínea pública, que se encuentra en una profunda crisis económica y que ve cómo se suma otro rival a una de las pocas bases en las que la competencia no era extrema.
