Hace unos días comentábamos que la organización Red de Ciudades por la Bicicleta estaba luchando por declarar a la bicicleta como transporte esencial para la salida del confinamiento, idea con la que ahora parece estar de acuerdo la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico -MITECO-.
Teresa Ribera, vicepresidenta Cuarta del Gobierno y máxima representante de este ministerio, acaba de enviar una carta a la Federación Española de Municipios y Provincias –FEMP-, en la que insta a que se tomen medidas a favor de este medio de transporte en las ciudades de más de 5.000 habitantes.
En la nota, se recuerda por ejemplo que la Dirección General de Tráfico –DGT-, ya se encuentra trabajando en la “prohibición de circular a más de 30 km/h en vías de un solo carril por sentido”, una normativa que ya venía siendo evaluada antes del Covid-19, curiosamente.
Además, Ribera explica en el documento que “la bicicleta constituye una alternativa de movilidad limpia que puede ayudar a descongestionar el transporte público y facilitar el distanciamiento interpersonal”.
Este punto anterior es crucial, porque la ministra de MITECO se aferra a los estudios que indican que la contaminación ambiental podría tener parte de la culpa de la gran letalidad que el coronavirus presentó en España, y no así en otras partes del planeta.
De confirmarse estas hipótesis, la bicicleta saldría plenamente beneficiada como medio de transporte para las medianas y grandes ciudades, que encontrarían en ella no sólo un mecanismo que asegure el distanciamiento social entre los individuos, sino también el camino más corto a limpiar la contaminación medioambiental que sufren las grandes urbes a nivel nacional.