Ayer, un apagón eléctrico sin precedentes dejó a casi toda España sin suministro desde las 12:32 horas, provocando un colapso generalizado en los sistemas de transporte del país. El corte afectó a 15 comunidades autónomas, excluyendo únicamente a Canarias y Baleares, y tuvo un impacto inmediato en trenes, metros, aeropuertos y carreteras.
El operador ferroviario Renfe suspendió todos los servicios de media y larga distancia, y en Cataluña se canceló por completo el servicio de Rodalies debido a la inestabilidad eléctrica que ponía en riesgo la seguridad de los trayectos . En total, 126 trenes quedaron detenidos, y al menos 11 de ellos permanecieron bloqueados con pasajeros a bordo durante horas.
En las principales ciudades, como Madrid y Barcelona, el metro se paralizó, dejando a miles de usuarios atrapados en vagones y estaciones. La falta de electricidad también apagó los semáforos, provocando caos vial y numerosos accidentes. En Barcelona, los bomberos realizaron 388 intervenciones, muchas de ellas para rescatar a personas atrapadas en ascensores.
Los aeropuertos de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat se vieron gravemente afectados. La falta de energía obligó a activar generadores de emergencia, pero los retrasos y cancelaciones fueron inevitables, afectando a decenas de vuelos y dejando a miles de pasajeros varados.
Por otro lado, y para mitigar los efectos del apagón, el Ayuntamiento de Madrid activó su Plan de Emergencia Municipal, y los autobuses urbanos de la EMT y los interurbanos del Consorcio Regional de Transportes ofrecieron servicio gratuito.
El suministro eléctrico comenzó a restablecerse progresivamente a partir de las 17:00 horas del lunes, alcanzando el 99% de la demanda nacional para las 6:00 horas del martes . Sin embargo, las autoridades aún investigan las causas del apagón, que ha sido calificado como un evento “absolutamente excepcional y extraordinario”.