Si bien a nivel nacional hace años que existe un problema con la conservación de carreteras, esta situación parece agravarse cada mes, al punto de que 10.000 millones de euros es la cifra total que hace falta en mantenimiento según indican desde la Asociación Española de la Carretera, para que los caminos estén en perfecto estado.
De hecho, durante los primeros meses de la pandemia, cuando por el poco movimiento había más tiempo para los planteos que debían hacerse, ya decíamos que el 10% de la red de carreteras en España era muy deficiente, y que resultaba indispensable tomar cartas en el asunto para que, tras el confinamiento, la situación fuera muy distinta.
Pues bien, por una cosa o por otra esos trabajos no se han realizado, y lo cierto es que ya llevamos 14 años sin un plan concreto de mantenimiento de las carreteras, luego de que la crisis del, 2008 generalizara los recortes, y las partidas destinadas a las redes viarias fueran una de las principales perjudicadas por el recorte de presupuesto.
Por supuesto a medida que transcurren los gobiernos y no se actúa se acumula el número final que se requiere para poner a punto las carreteras nacionales, una cantidad que ya alcanza los 10.000 millones de euros, y que no afecta únicamente al transportista que se dedica profesionalmente a conducir, sino también a los usuarios particulares.
Desde la Asociación Española de la Carretera advierten también que las malas condiciones del suelo tienen otros efectos negativos, como un consumo hasta 10% mayor de combustible, que vendría bien reducir en estos días, intentando paliar un poco el aumento en los costes de los carburantes que nos afecta a absolutamente todos.
En segunda instancia, ese incremento en el consumo de combustible además tiene implicancias pésimas de cara al cumplimiento de los compromisos medioambientales que España ha suscrito, por lo que invertir en las carreteras supondría múltiples beneficios y una pronta recuperación de los montos destinados a los caminos que usamos.
