Abertis, compañía dirigida por Francisco Reynés, asegura que desplegar nuevas tecnologías viarias es clave para lograr una movilidad sostenible en el futuro. Por esta razón, propone nuevos enfoques en la financiación, especialmente a la colaboración público-privada.
La compañía resalta que para las economías en crecimiento es fundamental contar con un sistema de transportes eficiente, ante los desafíos derivados del aumento del tráfico, la pérdida de productividad por los atascos, la seguridad vial, el cambio climático o la calidad del aire. Por esta razón, las nuevas tecnologías viarias resultan fundamentales para resolver estos problemas. No obstante, se necesitarán nuevos enfoques en lo que respecta a la financiación, tanto pública como privada, para implementar estas tecnologías a medida que se desarrollen.
Al respecto, Francisco Reynés, vicepresidente y CEO de Abertis, explicó que “la colaboración público-privada proporciona capital y reduce la deuda, incrementando el retorno para las administraciones públicas”.
Según Reynés, esto implica trabajar conjuntamente con sectores situados en la intersección entre los avances en tecnología e infraestructuras, ya que “por medio de las asociaciones y la colaboración entre las administraciones y los innovadores (grandes y pequeños), se logrará acelerar la aparición de tecnologías viarias de vanguardia y desarrollar todo su potencial”.
La financiación futura de las infraestructuras constituye uno de los retos más importantes de cara al futuro. En este sentido, la consultora McKinsey calcula que se requerirán 57 billones de dólares para desarrollar las infraestructuras necesarias hasta el año 2030. Los gobiernos de todo el mundo están desarrollando nuevas formas de actualizar los sistemas de transporte.
Al respecto, Joe Waggoner, director general ejecutivo de la Autoridad de la autopista Tampa-Hillsborough, indicó que “tenemos oportunidades para implementar la tecnología en etapas. Si resulta posible conectar nuevos componentes como parte del ciclo de reemplazo y renovación de sistemas preexistentes, el coste puede distribuirse a lo largo del tiempo”.
Los expertos señalan que este enfoque está provocando el cambio hacia horizontes de inversión más cortos en relación con las futuras infraestructuras viarias. Tim Gammons, líder de movilidad inteligente global en Arup, señaló que “no se trata de diseñar un sistema tecnológico que vaya a durar 30 años. No se adaptará a todo lo que está por venir en el futuro, ya que resulta imposible saberlo por completo”.
Finalmente, Boston Consulting Group, que estima un déficit anual de entre 1 y 1,5 billones de dólares entre la demanda y las inversiones en infraestructuras, predice que las PPP jugarán un papel cada vez más importante para salvar esta diferencia. Un componente fundamental de la financiación privada implica garantizar un modelo para la generación de ingresos.
Abertis, dirigida por Francisco Reynés, subraya que ya se están produciendo cambios significativos, que necesitarán de nuevas opciones de financiación, que van desde la infraestructura inteligente que facilitará la introducción de los vehículos autónomos hasta tecnologías de superficie en las que la ingeniería inteligente está ayudando a convertir las infraestructuras “pasivas” en activos dinámicos, como los cargadores inductivos o las “carreteras solares”.