Aunque la revolución de los coches eléctricos está en marcha y eso es un fenómeno indiscutible, no es menos cierto que en España estas soluciones de movilidad eficiente se están desplegando a un ritmo mucho más lento que en otras partes del continente europeo.
En este contexto, el impulso que el sector tiene desde el primer día por parte de la Dirección General de Tráfico –DGT– podría haber sido “un error”, según reconoció el propio Pere Navarro, director de la entidad, en declaraciones a los medios.
Desde su punto de vista, intentan convencer al público de la adquisición de este tipo de automóviles “antes de disponer de la infraestructura necesaria para su correcta implementación en la sociedad”, fue una equivocación que aún hoy se sigue pagando.
“El vicepresidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones –ANFAC– me explicaba que de Madrid a Cádiz son 25 horas, porque tienes que parar a recargar el coche eléctrico”, ilustraba Navarro por estas horas.
“Aquí todos cometimos un error al vender un producto que no teníamos en la estantería”, continuó el director de la DGT, mientras diversos estudios señalan que España debería multiplicar por hasta 100 veces la cantidad de puntos de carga disponibles.
Para que nos demos una idea, se espera qu a fin de año la cantidad de puntos de carga en el país sea de 5.200 en los escenarios más optimistas, varias veces menos que los 27.000 de Alemania, los casi 25.000 de Francia o los 19.000 del Reino Unido.
