El megapuerto de Chancay es un proyecto que busca convertir a Perú en un centro logístico y comercial de la región, con una inversión de más de 3.000 millones de dólares por parte de la empresa china Cosco, una de las mayores navieras del mundo. Sin embargo, este proyecto también ha generado preocupación y cuestionamiento por parte de Estados Unidos, que ve con recelo la creciente influencia y presencia de China en América Latina.
Según un reporte de Vigour Times, un alto funcionario estadounidense habría expresado que el gobierno peruano debe analizar cuidadosamente las implicaciones potenciales, tanto positivas como negativas, de estas inversiones chinas en sectores estratégicos para la seguridad nacional. Asimismo, sugirió la creación de comités gubernamentales encargados de evaluar las inversiones extranjeras, siguiendo el modelo del Comité de Inversiones Extranjeras de EE.UU.
Por su parte, el embajador de China en Perú, Song Yang, defendió el proyecto del megapuerto de Chancay y lo comparó con el exitoso puerto de Shanghai. Aseguró que la inversión tiene solo fines comerciales y no representa una amenaza para la seguridad nacional. No obstante, algunos analistas han planteado la posibilidad de que el megapuerto tenga un doble propósito, incluyendo el uso militar y potencial reabastecimiento de buques de guerra.Ante este escenario, es importante que Perú tenga una visión clara y equilibrada de sus intereses nacionales y regionales, así como de los beneficios y riesgos que implica la cooperación con China.
