La omnicanalidad y, como consecuencia, la entrega en 2 horas, ya no es un reto, sino una realidad. La velocidad en los cambios tecnológicos desde la llegada del eCommerce ha forzado a las empresas a cambiar su forma de vender y comunicarse con los clientes.
En este entorno de cambio, se pone de manifiesto la necesidad de innovar y adaptarse a las nuevas tendencias del mercado. Los clientes, cada vez más exigentes, tienen la capacidad de adquirir un producto decidiendo cómo y cuándo quieren que se lo entreguen.
A finales del 2015 el mercado no demandaba solo mejoras en las posibilidades de entrega, sino también en el tiempo, lo que ha impulsado a grandes retailers a implantar entregas exprés con envíos en dos horas, tanto a domicilio, como al punto de venta.
La principal ventaja es que la rapidez permite a los clientes disponer antes de sus productos, aumentando la satisfacción y, por tanto, el nivel de ventas. Algunas desventajas son el incremento en el precio de venta, además de que el territorio que cubren está muy limitado.
Para desarrollar este servicio, los distintos puntos de venta deben tener la capacidad de actuar como pequeños almacenes. Para ello es esencial actualizar los datos en tiempo real e integrar sistemas para permitir la sincronización de datos de los diferentes puntos de venta, enviando los pedidos al almacén/tienda correspondiente más cercana al destinatario.
Además, los sistemas de venta de las tiendas deben ser flexibles y adaptarse a los cambios, pero a su vez deben ser robustos y permitir un control exhaustivo del stock. Por su parte, el intercambio de mercancía entre el almacén central y las tiendas debe ser rápido ya que las tiendas son pequeñas y no suelen tener amplios espacios de almacenaje.
De hecho, El Corte Inglés lanzó a finales de 2015 un servicio de compra por Internet con entrega en dos horas, aunque no estaba disponible para todos los productos. La estrategia de la compañía era reforzar su presencia en e-commerce.
Deje un comentario