La Autoridad Portuaria de Barcelona (España) espera recibir un total de 861 escalas hasta el próximo 31 de diciembre, lo cual se traduce a una media de 2,3 cruceros al día. De hecho, el recinto portuario tendrá la visita de más de 850 buques a lo largo del año, no obstante estarán repartidas. Se espera que el mes de febrero sea el de menos afluencia en la ciudad, con un total de 19 escalas, mientras que el mes de octubre será el mes con mayor número de cruceros, alcanzando un total de 124.
En realidad, la cifra puede variar sobre todo al tener en cuenta que tanto las autoridades portuarias como las navieras trabajan con previsiones a uno, dos y en ocasiones hasta tres años vista, ya que todo lo que implica una escala habitual de un buque ha de quedar bien planteado para la programación de compañías marítimas.
Entre los aspectos que las navieras deben tener bien claro, son la disponibilidad de linea de atraque, el uso de terminales y la operativa global que rodea una escala en una instalación como es la de Barcelona.
Se trata de un enclave que no sólo se emplea para el tránsito, sino que en un gran porcentaje es lugar de inicio y fin de viajes por mar gracias a la cada vez mayor conectividad del aeropuerto, la oferta desde la estación de Sants y del sector hotelero de la ciudad.
Aunque es de vital importancia conseguir un mayor tráfico en las instalaciones portuarias, también hay que vigilar el impacto que tendrá en la zona. En este sentido, el Puerto de Barcelona ha ganado el Premio EMAS de gestión y auditoría medioambiental 2019, en la clase de organización pública mediana o grande. De modo que, el jefe de Medio Ambiente del puerto, Jordi Vila, ha recogido dicho galardón en la gala celebrada en el Museo Guggenheim de Bilbao.
