El Mar Rojo, una vía marítima vital para el comercio internacional, ha estado experimentando una creciente inestabilidad debido a los recientes ataques perpetrados por militantes hutíes a barcos. Esta situación está afectando significativamente al transporte de gas natural licuado (GNL).
Los buques de GNL se están viendo obligados a evitar el Canal de Suez y optar por desvíos más extensos a través del Cabo de Buena Esperanza. Hasta la fecha, cinco tanqueros GNL, tres de ellos con carga y dos en lastre, han sido desviados del Canal de Suez.
Estos desvíos están generando un aumento en los costos de transporte debido a la mayor extensión de los itinerarios y al incremento de las primas de riesgo de guerra. De hecho, se prevé que los ataques en el Mar Rojo conduzcan a un aumento en las tarifas de transporte marítimo de GNL.
Además, la continua actividad hutí en el Mar Rojo podría interrumpir los envíos de GNL a través del Canal de Suez, una ruta vital para el gas transportado desde Asia, Medio Oriente y Estados Unidos. De enero a noviembre de 2023, esa vía marítima registró el 50% de los tránsitos de tanqueros GNL.
