Ford cuenta con dos nuevos fichajes en su centro de investigación de Alemania. Se trata de Shelby y Miles, dos robots que desarrollarán la labor de pilotos para probar los nuevos modelos de la marca en las condiciones meteorológicas más extremas como el desierto del Sahara o la cima de los picos alpinos.
Las condiciones simuladas son tan realistas que incluso los conductores más profesionales de pruebas pueden cansarse o experimentar malestar. Ese, precisamente, es el motivo por el que Ford ha optado por la incorporación de estos robots conductores para la realización de sus ensayos.
Para los conductores humanos, las pruebas en el túnel de viento, en particular a gran altitud, requieren numerosos protocolos de seguridad, como tener botellas de oxígeno, equipo médico y un paramédico en el lugar al mismo tiempo que se monitorea constantemente la salud del conductor. En cambio, cada robot de prueba puede operar en temperaturas elevadas, entre -40°C y +80°C, así como en altitudes extremas y, además, se pueden configurar y programar para diferentes estilos de conducción.
“Estos dos nuevos pilotos son fantásticas incorporaciones al equipo, ya que pueden afrontar las desafiantes pruebas de resistencia a gran altura y con altas temperaturas. Una vez que el robot está en el asiento del conductor, podemos realizar pruebas durante la noche sin tener que preocuparnos de que el conductor necesite un sándwich o un descanso para ir al baño”, apuntan los expertos de Ford.
Un dato interesante de esta investigación es que, el laboratorio de pruebas meteorológicas de Ford ha permitido a sus ingenieros probar vehículos de una manera completamente nueva, eliminando las limitaciones de viaje que hay durante las pruebas del mundo real.
Otra empresa que también apuesta por la incorporación de tecnologías similares para el desarrollo de su trabajo es DB Schenker. La compañía alemana de logística ha adquirido robots móviles autónomos para la automatización de sus almacenes.
