El Puerto de Castellón (España) tiene como objetivo convertirse en un hub dedicado a la energía eólica marina flotante, con el propósito de diversificar sus operaciones y fortalecer su sostenibilidad ambiental. Para lograrlo, el enclave aprovechará la experiencia adquirida en la importación y exportación de material eólico terrestre y marino en los últimos años, con la posibilidad de contar con un espacio adecuado para alojar dicho material.
Por su parte, los responsables del recinto castellonense han destacado la importancia crucial de los puertos en este sector, dado que el transporte terrestre de las largas aspas de los molinos offshore presenta dificultades significativas. Con esta visión, el Puerto de Castellón busca posicionarse en este mercado emergente, completando la superficie de la dársena establecida en su plan director, lo que proporcionaría más de 450.000 m² para atender a estos nuevos tráficos.
Se espera que en los próximos días se lleven a cabo las adjudicaciones para las obras de la mota de cierre, destinadas a rellenar esta superficie, en respuesta al anuncio de varios países del norte de Europa de aumentar diez veces su capacidad de producción eólica para el año 2050.
La iniciativa presentada por la dársena castellonense va en sintonía con los diversos proyectos en curso en países como Japón, Taiwán, Francia y Noruega, los cuales evidencian la expansión masiva que experimentará la industria eólica offshore. En sintonía con esta tendencia, España ha trazado una estrategia clara, tal como se refleja en la hoja de ruta nacional para la energía eólica marina y las energías del mar.
A parte de esta iniciativa, la Autoridad Portuaria de Castellón participa activamente como entidad facilitadora en el proyecto Crystal-Lung, destinado al control del ruido y la contaminación atmosférica generada por productos pulverulentos.
